CONSECUENCIAS
EN LA SALUD
FÍSICA Y PSÍQUICA DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN LA PAREJA.
1. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
La mayor parte de
la violencia sufrida por mujeres y niñas procede de hombres a los que conocen y
a menudo es ejercida en el seno de la familia y el hogar. Esta violencia puede
tener dimensiones físicas, sexuales o psicológicas, puede prolongarse durante
años y puede aumentar en intensidad con el tiempo. Muchas veces, las lesiones
físicas no son los resultados más importantes.
La mejor forma de
conceptualizar la violencia contra la mujer es definirla como un factor de
riesgo para una mala salud, ya que sus consecuencias se traducen en una amplia
gama de efectos en la salud de la mujer.
La magnitud del
impacto que el maltrato contra la mujer en la pareja puede tener en la salud
física de la víctima ha sido puesta de manifiesto en numerosos trabajos. Se ha
mostrado que las mujeres que sufren violencia física y/o sexual por parte de su
pareja pueden llegar a padecer un 60% más de enfermedades de carácter físico
que aquéllas que no son víctimas de tal violencia.
Las lesiones, el
miedo y el estrés asociados al maltrato pueden conllevar problemas de salud crónicos.
Estos problemas pueden ser:
·
Dolores musculoesqueléticos,
·
Dolor crónico de cuello o espalda,
·
Artritis,
·
Complicaciones cardiovasculares,
·
Infarto de miocardio,
·
La angina de pecho,
·
Síntomas neurológicos recurrentes, como:
·
Ø
Balbuceo,
Ø
Tartamudeo incipientes,
Ø
Pérdida de audición,
Problemas de vista,
Problemas de vista,
Ø
Dolores de cabeza y migrañas.
·
·
También se han descrito enfermedades crónicas
como dolor crónico, síndrome del intestino irritable, trastornos
gastrointestinales, quejas somáticas y fibromialgia.
La salud
sexual y reproductiva ha sido, sin duda, la condición física más
ampliamente abordada en el estudio de la salud de la mujer maltratada. Por una
parte, el maltrato se ha asociado a conductas sexuales de alto riesgo para el
contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el VIH/SIDA. Además,
el maltrato en la relación de pareja puede interferir en la negociación y la
decisión sobre la contracepción y el uso de condones, como muestra la
asociación encontrada entre la violencia doméstica y los embarazos no deseados
y abortos voluntarios.
En un pasado no muy lejano, se ha postulado que ciertas características personales de las víctimas de violencia doméstica podrían ser la causa del maltrato. Por ejemplo, algunas corrientes han recurrido a características de masoquismo o a patologías como la histeria o el trastorno de personalidad dependiente, para explicar por qué algunas mujeres permanecen o regresan a una relación de abusos.
En la actualidad
existe, afortunadamente, suficiente documentación que demuestra que no existen
características psíquicas diferentes entre las mujeres maltratadas y no
maltratadas previamente al inicio del maltrato. Por el contrario, es el
maltrato contra la mujer en la pareja él que conlleva una serie de trastornos y
problemas de carácter psicológico que no deben ser ignorados, como:
·
Ansiedad,
·
Insomnio,
·
Baja autoestima,
·
Depresión clínica ,
·
Trastorno por estrés postraumático,
·
Ideación suicida (o intento de suicidio),
·
Consumo y abuso de determinadas sustancias
(como alcohol, drogas y determinados psicofármacos),
·
Morbilidad psíquica